Aferrada a tu voz
como a la cola de un cometa
soy estrella fugaz, soy fuego fatuo
perseida refulgente, feroz,
enardecida,
luciérnaga extraviada que equivocó
el camino
y se sumó a una comitiva de luceros.
Soy caravana de astros desplazada,
soy la semilla adormecida que
despierta en el desierto,
soy la voz de las dunas.
Soy tímido fulgor de estrella,
polvo de faro anochecido,
estela que arrastra a las oscuras
naves
hacia un canal de luz estremecido.
Soy torrente y soy gota,
soy calma y soy vorágine,
soy silencio y soy grito,
soy violencia y quietud,
soy golpe presentido.
Me dejo llevar hasta el comienzo
de un poema enorme, ilimitado,
al comienzo de todos los poemas.
Ahora renazco,
soy verbo renovado,
verso al que le han nacido estrellas.
Del poemario El espejo de las horas
Una preciosa declaración de amor en toda regla. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta la fuerza que imprimes en ese juego de antónimos
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, amigos, por vuestros alentadores comentarios. Un abrazo.
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